CUENTO: La estrella que antes no estaba allí, por Laura Ponce

Después de la Caída del mundo, en el comienzo de la Nueva Era, algunos saberes parecen inútiles, algunas destrezas son imprescindibles, muchas cosas han cambiado radicalmente, pero otras siguen manteniéndose idénticas.



El mundo ha cambiado. El mundo es ahora un lugar silente y oscuro. ¿Cómo ocurrió? Nadie lo sabe realmente. Teorías hay muchas. Van desde un ataque extraterrestre hasta un experimento de la NASA que salió terriblemente mal. Lo cierto es que esta Nueva Era comenzó al mismo tiempo que esa estrella apareció en el firmamento. ¿Cómo lo sé? Entre las muchas habilidades inútiles que poseo está la de observar el cielo nocturno y poder nombrar a la mayoría de las estrellas. Y estoy completamente seguro de que ésa no estaba allí antes de la Caída. Pero eso ahora es meramente anecdótico. En un mundo sin telecomunicaciones, sin aerolíneas, sin electricidad, en un mundo que se ha deteriorado con notable rapidez olvidando lo que le llevó siglos aprender, hay cosas más inmediatas de las que debo ocuparme. Cosas que requieren... el máximo... de mi... aten... ¡Sí! ¡Por fin! ¡Una de esas putas liebres cayó en la trampa! Parece que esta noche comeré bien. Lástima que no pueda hacer fuego. Otros podrían verme. Otros que también estén cazando. Pero lo que importa es que comeré carne después de muchos días de bayas y raíces. Cenaré liebre y luego, tumbado sobre la hierba, miraré el cielo y nombraré las estrellas; tal vez recordaré alguna canción o algún pasaje de los muchos libros que he leído. Me he repetido que es importante no olvidar esas cosas, pero he descubierto que es más fácil recordarlas con el estómago lleno.

© 2007 Laura Ponce
© 2007 Yuhanny Henares Chamate (ilustración)

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Conversación en la Forja

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